El amor es uno de los nuestros.
Exiliado de entre los conceptos
vaga errabumdo por los objetos.
Pero el amor, ese enemigo
que huye de los objetos, como
atleta disparado por el deseo,
es uno de los nuestros, exiliado
entre los fantasmas que una vez
creímos entender y ahora
aparecen ante nuestros ojos portando
obsesivos, recurrentes enignas.
Salgamos de dudas: el amor es uno
de los nuestros. Espera impaciente, como
un relato que está esperando nacer,
una hora que espera ser pensada,
una aventura a la espera
de que tus ojos terminen
de leer estos versos.
lunes, 2 de septiembre de 2019
El jardín de cristal
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