Sí, observemos el variable valor de las cosas
y sus sombras. Estudiaré cuanto haga falta.
Las horas firmaré de la labor que al arbitrio
del siglo impongas, como digan que es debido.
Cuando sea conveniente, grabaré con colores
la ficción más oportuna, sutil o pertinente,
así sea un corazón, una ciudad, una mujer, un viaje.
Donde haya que tejer, sangraremos lo escrito,
arroparemos las voces, daremos música al grito.
Si lo ves necesario, saldré, a la áspera noche
a agitar y avivar el fuego para los que aman.
Donde quieras que siembre, sembraré;
lo que quieras que arranque,
lo quitaré con cuidado... Pero, después
de tanto esfuerzo, sólo pido una cosa:
no me pagues, vida,
con enfermedad, vejez,
soledad o muerte.
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