pues, aunque viles memorias aspiran
a generar efímeras identidades, tú
y yo nos demoramos
en el patio de recreo de las incertidumbres.
Puede que sea conveniente
repetir lo del gobierno y las heladas.
Puede que incluso necesario
insistir en que estos bosques y la justicia.
Urgente, urgente, sí, como el juguete
en el grito de un niño. Puede;
pero lo que está escrito arde en leños
mucho más antiguos, arden en manos,
calles y distancias, besos mucho más antiguos,
arde en las promesas, no dichas, deseadas,
la promesa de una arboleda de labios,
la promesa de otro breve día más
al abrigo perenne de tus ojos.