En el pequeño texto del discurso
hay dos árboles intraducibles.
Ninguno de los árboles puede ser
explicado por el otro ni descrito.
Cada uno ocupa el discurso entero.
Cada uno se teje allí donde no teje
el otro. No se ven. No se tocan.
No se leen. No se escuchan. Pero
ambos / se creen / para ambos / el único
espejo posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario