Un asunto difícil, este del dolor. El dolor me conoce, lo sabe todo de mí. Conoce mi afición por este cuerpo ingrato y la toma con él. Pero yo soy su víctima. Desmenuza mis ideas para atormentarme con ellas. Afila las más inocentes palabras. Dispuesto para estar cada instante conmigo, es paciente, frío, y espera, en cambio, con amabilidad que llegue su momento. Cualquiera diría que el dolor está enamorado de mí. Pero quien habla de amor no sabe de lo que habla.
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