viernes, 8 de marzo de 2013

-prendere

En el Principio fue la Comprensión;
pero una comprensión sin Ser y sin Tiempo.
Y en ella sujeto y objeto de la comprensión
eran consustanciales a ella misma, pero sin
oposición, síntesis ni dialéctica, ni era
ni sustancia ni mismidad y sí otredad, sin otro.

Es evidente, ¡es evidente!,
que ya no habitamos (tú, yo, ellos) ese momento
–fuera del tiempo diríamos casi aún, acaso inminente–.
Lo nombramos de forma tangencial en el mejor de los casos
(sin comprensión en absoluto o en algún detalle).
Son otros muchos dignos de confianza.

Este momento, este lugar, saturados
de cariñosa amistad, de amor, sin queja.

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