Hombre atareado. Levanto la cabeza y estás ahí.
Ellos lo llaman recuerdo o fantasía, no es eso
–demonio de tu ausencia que a pesar de sus mil nombres
no termina de existir– eres tú realmente.
Te imagino en tus tareas: levantas la cabeza. Ese soy.
Esa inquietud tuya donde otros ven mi nombre
y no este hombre atareado que en un respiro escribe.
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