Pequeño niño ofendido. Me han quitado
mi juguete. No era real.
Quiero decir que tampoco era espejo.
Era una historia, mi juguete, fabulosa
sobre cuánto debía verse en mi ser.
No eres un niño. Y ese gesto
ofendido pertenece a un extraño.
La memoria juega sola, déjala,
roba historias, se entretiene.
Tú me tienes a mí:
otro vacío. Herida en marcha.
Hombre sin edad, sin la mujer en los ojos.
Mujer, amarga distancia, curva
del momento en la piel.
Pero eres tú, te reconozco. No sé.
En tu aroma se vive
más tranquilo. Perdido. Ven.
También es invención esto que oigo.
Con una mano te agarras a la nada.
Con otra te desgarras el rayo de la ausencia.
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