La mujer triste paseaba por tus
días y tu piel y tus brazos indomables
sí y tus sueños y tus recuerdos sí y tus miedos
sin saber que la atendías a cada paso
y aún más brevemente ella tú su camino.
Debiste hacérselo saber, aún lo debes.
Y aún puedes ir a buscarla y hacerle saber
que has estado con ella siempre.
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