Pienso en criaturas abisales.
Sé que tendrás a flor de piel
el erizo de la naturaleza humana.
Se me derramarán tus labios en un beso de pura firmeza.
En el abrazo la ironía ni la tragedia se disolverán.
En tu sonrisa años luz.
Mirada de demanda.
Te alejas vestida y lo humano es un eco.
Y aún no sé nada de la muerte.
En el árbol que me espera no es el perdón lo que brota.
Muchos sus angustias ya las lanzaron al vuelo.
El cielo es ahora una elegancia en estudio.
Mi refugio han sido siempre tus dientes y la lluvia
a partir de aquellos ahora en que te ame.
Si la vida es silencio.
Si el ser no habla.
Te asomas a la espuma rizada de mi corazón.
Y aún no sé nada de la muerte.
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