Se presentó en nuestra fiesta sin haber sido invitado,
creíamos animada pero tal vez no, en nuestra ingenuidad.
Y el Sol es una presencia incómoda, obviamente,
pero nunca conocimos comensal más animado
(va atesorando humor de tantos durante el día)
ni más entretenido y entusiasta conversador.
Jugó con nuestras tristezas, hizo arte con nuestra ignorancia.
Y esta noche, que hagamos el amor tú y yo,
ahora locos que sabemos algo del mundo, qué,
él vigilará sin saberlo que nadie nos observe.
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