Siempre has estado aquí, marchándote.
Antes de conocerte deseaba sin saber
y te marchabas en ese no llegar yo no sé qué.
Ahora me esperan muchos días de tu marcha
de llegarás y te marchaste y te irás y desearé
tu llegada sin imposible que lo imposible.
Y mientras te abrazaba era tu marcha
la fuerza del lazo y yo y tú en todo tu marcha.
Y es cierto que otras fantasías se nos llevaban;
pero acudimos aquí ¡aquí! siempre vivos de sed.
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