Acaba sin pulso y sin idea.
Sale a llevar lo dicho,
a publicar lo escrito,
y no sabe por qué.
Esa noche las lechuzas vomitan secretos,
peludas y huesudas egagrópilas
compuestas sólo de secretos.
Quien las ve volar apenas intuyen
una línea en el aire batida de silencio.
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