Me sumerjo en tu cuerpo como hiciera
la Historia con cuidada arqueología:
interpreto que esta flor es una espada,
que esta curva es una fuente de perpetua
juventud y este brillo moneda de tu alma.
Me sumerjo en tu cuerpo como un animal ciego
bucea en tu sueño de horas y perfumes con sus manos
o boca que en esta noche es tuya que me respiras boca.
Tu cuerpo es la piel del animal que soy,
del códice sagrado que con tu voz blasfemas,
del tiempo que derrama a dientes y caricias
o heridas y labios en surcos su sequía.
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