Cada detalle es narciso
que persigue y que requiere
una voz en el arroyo
que repita lo que eres.
Eres espejo de un sueño,
el detalle de una fiebre
que condesa en otro espejo
tu perseguir inminente.
Eres espejo de un sueño
que curvea eternamente
detenido en un instante
que se persigue y se hiere.
Y el detalle que se queda
no encuentra quien lo recuerde
tú, sino un algo que anhela
en ojos de una serpiente
yo, ser un otro quitado
para su propio deleite.
Eres espejo de un sueño.
No encuentro cifra en la mente
que me diga que lo quite.
Cualquier función se mantiene
si no hay nada que lo evite.
Si hay nada, nada se pierde.
Si hay no, no se pierde nada,
porque el matiz le requiere
una porción matemática
de esta soledad en ciernes.
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