Los objetos son perennes, en cambio
los enunciados siempre susceptibles
de ser replanteados en un orden distinto.
Pero los objetos siempre están tocados
por algún enunciado. Lo cual es rápidamente
negado por el criterio de separación
entre el lenguaje y las cosas.
Pero el criterio de separación también
es un enunciado. En efecto,
pero también es una cosa y como objeto
su validez es perenne, como enunciado
es siempre susceptible de ser
replanteado.
Entonces, si los enunciados pueden ser
considerados como objetos, siempre hay
un enunciado nuevo, para el objeto nuevo
generado por el enunciado. Cierto, aunque
eso solo sea hablar por hablar y esté separado
de la realidad de las cosas.
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