Después de esta noche,
espada de luna,
entrega en tu sangre
un lienzo de espuma.
Después de tu cuerpo,
secreto de lluvia,
desliza en mi mano
la selva oportuna.
La herida caliente,
la espina aceituna,
aprieta en mi pecho,
mi entrega y la tuya.
La esponja de sombra,
la cáscara oscura,
te toca en la cara,
te escribe desnuda.
Después de esta hora
de piel y ternura,
no admitas más norma,
más suerte, más duda,
que el sueño y la muerte,
mi boca y la tuya.
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