¡Pobre, no quiso proteger su obra!
Ni la esmerada educación con la que fue
tan humillado y despojado de su casa,
ni la intemperie indiferente de las horas
que con paciencia su silueta devoraron,
perdieron la ocasión.
Bien lo avisaron fábulas, afueras, cosas;
pero el pobre no quiso proteger
su obra.
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