El síntoma es un otro
con el que uno congenia.
¿Le diremos:
"¡ea, pues, desaparece!"?
¿Tenemos ya reservada
su plaza en el olvido?
Aledaño a mí, siendo otro.
Mordisqueando mi historia
siendo otro. Puntuando
con meticulosa precisión
el ritmo de mi cuerpo
siendo otro. Leyéndome.
Cuando te conocí
eras apenas una ráfaga de viento en el paisaje.
Ahora sé
que pronto me echarás de menos, pues sin mí,
síntoma, ¿qué dirás que eres?: ¿quien dirás que fui?
Sí: siendo, mordiendo, puntuando, leyendo...
Amando mi cadáver de antemano.
1 comentario:
Lo mejor del síntoma es su "esdrujulidad" que se hace familiar y nos acompaña.
Salud
Francesc Cornadó
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