Manada de búfalos el viento, medusas
devoradoras de la sombra que cuartea
lo que queda de humedad.
¿Saben ellos el juguete que nos inventamos?
¿Saben, entre mandíbula y mandíbula,
entre dolor y dolor, medusa, búfalos
del amor tumbados en la hierba
al sol, en los parques urbanos?
Aquellas ciudades que brillaban en tiempos de la inocencia.
Tengo sed y tus palabras,
pero esas palabras tuyas,
suenan como el agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario