Desde que el planeta
es un hermoso lienzo de viaje, mirado
desde un lejos imposible,
se han vuelto oníricos los parches pintados
que van apaisando el mundo.
Tú y yo, pegados, dejamos manchados
manteles que cubren, sábanas que cubren,
pátina de lágrimas, ecos de sudor, dudoso
semen flujo que si vagina o hambre rezuma
de cariños y violencias, bilis y sangre, dulce
jarabe para la aventura de los niños
y la putrefacción de los delitos remembrados.
Tú y yo, cuando nos recordamos, viajeros
en esta mancha que se nos pega a la piel.
Tú y yo, cuando los recordamos, viajeros,
borrón de aceites en el tatuaje del mundo.
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