De
cada minúsculo trozo cadavérico
de Estínfalo
surgió una peste, una hidra
y un charco. Es necesario
buscar mucho, investigar mucho
hasta recorrer cada laguna de sangre,
hata recopilar las pestes, las bestias, el cuerpo
del noble -y muy antiguo- Estínfalo. ¡Hay que ser!
rigurosos
en esto, certeros, como flechas, (su nobleza)
en esto, como dardos del propio cuerpo
como pájaros que citan su síntoma en id
iomas extintos, venenosos, en trozos, malo
lientes, rigurosos, que expliquen
cada secreto de la locura, del cuerpo, del perdón.
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