Del barro por hipnosis
lo que sabes,
herradura de cuervos
magullados,
te borrará los pasos
atascados
en sol por arrastrarse
sin sus naves.
Después de negra heliosis
los enclaves
de arena de sus siervos
enlutados
entregarán los vasos
en los lados
sin hierro en que postrarse
con sus aves.
Corre,
que, en el extremo
de la envidia,
el delirio supremo
de este día
desmenuza una torre
de perfidia
que en átomos de arena
se deslía
y en la pesada noche
del infierno
su sueño de derroche
sangra eterno.
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