Las obsesiones forman
mi auténtica frontera. Insisto
en discernir qué mío
obsesivamente no
me pertenece. Fronteras son,
no ríos, cuencas paragráficas
de mi sentir. Arterias no,
fronteras, que sin saber cogía
desde obsesivas mentes
que sin saber decir, insisto,
sin discernir qué mío
iban a generar.
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