Mundo, a veces hablo de ti, como
mi esposo, mi amante, mi pretendiente,
acaso mi hijo, acaso mi padre.
A la mañana te amo y a la noche
no te comprendo. En tus dudas
tejo mis pasos, y en cada huella
un mapa con el itinerario
de tus desvaríos. Un latido, un amor,
otro latido, un monstruo. Vivo
y acabo
compartiendo el lecho con una ficción
que no sabe nada de ti.
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