Si cada uno supiera cuán continua es
su destrucción.
Cómo vive pensando en otra cosa
mientras goza.
Cómo sospecha que la muerte ya no ronda
el objeto en su boca.
Cómo insiste hasta la eternidad cuánto
en lo irrepetible.
Cómo está convencido de seguir pensando
lo mismo,
cuando sabe que ya ha cambiado tanto
el paisaje, como su posición, como su pensamiento
y hasta la forma de cambiar del tiempo mismo.
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