Estudia, pero no a mí, pues sabes
que miento.
De lo poco que recuerdo, seguramente,
sé que pudo ser un absoluto
delirio.
Estaba equivocado, no hablaba sino conmigo.
Vivo en el lado de un idioma al que le hablo
pensando
que, como sales de mis labios, también hablas tú.
Vivo, sintiendo que el calor de tu piel cercano
es la hoguera donde ficción y falsedad lucen
impertinentes.
Unos trabajan en dar testimonio
de un mundo este que desaparecerá.
Yo, que no sé quién soy, quisiera hacer
posibles los mundos que aún no han llegado.
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