Marionetas. Con los hilos cortados, pero
aun así. En el drama de la libertad.
Con una mano donde debiera
ajena estar el corazón.
Y, para hablar,
un dedo siempre en la boca.
Al aplauso final llamamos decisión
(desde hace tiempo)
atenta, responsable, intencional,
en la que apenas creemos,
en la que tanto creemos.
Fantasmas vestidos sin pies en el suelo,
atrapados en este mundo libre
en este pequeño relato
de ficción. Y, sin embargo,
reales.
martes, 12 de junio de 2018
Pero aún así
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