Hubo un tiempo y su vientre.
Pero ya quién recuerda.
Este mundo es un nudo
y su cuerda mil veces
trenzada nunca deja
error, olvido, mar,
perdidos en la orilla
de tu cintura. Vamos:
dibujada en la arena
está la eternidad
y el final del camino
lo escribe la serpiente.
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