En los límites de la expresión
no se admite demora. No se ha terminado
de pensar y ya se ha dicho, tomado
de algún lugar en la memoria, copiado
de un momento, un síntoma, una pasión.
No puedo salir del vacío entre mis manos.
Si me descuido escribo. Si me descubro abrazo.
Por la ventana de la interpretación, el cielo
se topa con su nombre y, apartado de la voz,
porque estoy solo, armado de pasado,
mis idiomas se van topando todos
con tus besos.
martes, 18 de septiembre de 2018
La prisión y el prisionero
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