Admite otro matiz, otra lectura,
la causa se desdobla en otra causa,
y nada es simple y nada se desborda,
sino que vibra en cauce imprevisible.
Una noche tus ojos de visita,
La Tierra que nos gira sin clemencia,
las noticias se van, arden los cuentos.
La luz, esa asesina de terrores
con raíces profundas, nos encela,
porque envidia lo escrito en nuestros cuerpos,
porque estudia esconder el bien perdido,
el hábito que muerde nuestros sueños,
porque se enreda y calla entre las bocas,
lleva hasta el final este imperdonable
porcentaje ignorado de distancia.
lunes, 17 de septiembre de 2018
Omnia vincit amor
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