2º) La extensión temporal, incluso la concreción de un ahora, trae de cabeza el entendimiento. Interfiere en la precisa comprensión de los procesos.
3º) La negación es un recurso fácil, pegajoso. Desdobla el mundo de las ideas en una deriva especular de contrarios.
4º) La peculiaridad del verbo estar en castellano nos aleja de los idiomas que nos rodean y con los que, inevitablemente, los castellanoparlantes pensamos.
5º) El orden no tiene importancia. Dejar para el final el momento del descanso es ironía. Mientras se sueña se trabaja. Y no hay esfuerzo mayor que el del delirio, incluso el del nihilismo de la oscuridad final.
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