los platos del menú. Invitamos
a las opiniones del mundo a que coman
la mesa. Está bien: descartamos la escena
como ficción. Escindamos como personajes
la persona y su momento. Los objetos
son sombras; la intención, ilusiones de
aún no se sabe qué mecanismos cognitivos.
Pero las sensaciones, las emociones,
los sentimientos, vívidos, son reales,
se mire por donde se mire.
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