En el abrevadero de los males del hombre.
Donde sacian su olvido sedientas intenciones.
Hundo mis pasos. Ando. Entre piedras y juncos.
Sigo el mentir del viento. Ando ciego. Me hundo.
Encogiendo los brazos guardo mi caja cerca.
En la que he de guardar alguna primavera.
1 comentario:
Hola, Abraham. Buenos poemas siempre, interesante búsqueda, amigo.
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