Cuando en racimos la sed
después del esfuerzo lluvia y cariño,
no idea, no obsesión.
Cuando jamás consumidas
las estructuras ardían y se quedaban
las horas. Y se quedaban las horas.
Cuando nos sabíamos libres, incautos,
perdidos náufragos de ropa.
Cuando las despedidas eran juegos
y las partidas eran otras.
Cuando la noche reinaba por tu cuerpo
como buscando, ahora sí, esa palabra
perdida y el presente era tu boca.
Y el presente era tu boca.
viernes, 11 de mayo de 2018
Cumplimiento del deseo
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