Todo está roto. Decidme qué no está roto.
La oscuridad del cielo rota por los astros.
La oscuridad de la tierra rota por la tierra.
En añicos el firme suelo esconde huellas a millones.
Viajes de luz despliega hacia futuro el firmamento.
No, no hay nada entero, nunca, no.
Son estos ojos que como niños enamorados,
sin ambiciones ni recuerdos,
quieren ver el paisaje como uno, las
cosas como uno, las palabras como
uno, las letras como uno, los
minúsculos grafemas como uno.
Pero hasta mi corazón, roto, cada latido medio
latido, de sangre a medias, de amores en tropel,
sabe, saben, las verdades a medias, míos a medias.
Pues qué es tu memoria, hombre,
sino grietas y guijarros;
qué es tu deseo, mujer,
sino un collar de distancias.
domingo, 13 de mayo de 2018
La medida de las cosas
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