Los objetos cohabitan dispuestos
en el paisaje. Esto es falso. Los objetos
son el extraño producto de nuestros
pensamientos. Habitan movimientos,
a los que nuestros sentidos
llegan siempre tarde.
Pensamos que nuestros sentimientos
nos hacen ser quienes somos; pero es
al revés, lo que somos genera la forma
sutil e irrepetible de nuestros sentimientos.
Y lo que somos, lo que sentimos, lo que
pensamos, no lo sabemos. Y si tú estás
aquí,
si estás aquí mismo de forma irrefutable,
esa incomprensible naturaleza de las cosas,
más temprano que tarde,
deber ser replanteada de nuevo.
miércoles, 16 de octubre de 2019
La difícil sincronía de los sentimientos
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