jueves, 30 de julio de 2020

Deshilachado y retahíla

Retal. Tal dios Re (Ra).
Doblemente tal.
Al reto, reto al.
Entonces, retal de sombra
pone esa parcialidad de suelo
a la altura del dios (sol)
le hace ver la sombra su doble
como trozo, trozo de su doble,
y es un reto, o la sombra de un reto,
no se sabe qué, no se sabe a quién,

como el significante intraducible
           de su nombre.

miércoles, 29 de julio de 2020

Sobre la palabra retal

En deriva de cimentación,
sobre la cual escribo, el edificio,
lo escrito, es el retal de la palabra 
retal, sobre la que derivo lo escrito
en deriva de cimentación.

martes, 28 de julio de 2020

Jardín del orden y el arden

En el pequeño texto del discurso
hay dos árboles intraducibles.
Ninguno de los árboles puede ser
explicado por el otro ni descrito.
Cada uno ocupa el discurso entero.
Cada uno se teje allí donde no teje
el otro. No se ven. No se tocan.
No se leen. No se escuchan. Pero
ambos / se creen / para ambos / el único
                  espejo posible.

lunes, 27 de julio de 2020

Propósito

Escribo retal de sombra.
Quiero coser con hilo de olvido
lo que ya me propuse una vez,
lo que ha sido abandonado mil veces
por un no sé
qué que queda haciendo daño.

Ese conocimiento se deshilacha.
Esa ilusión de comprensión arde
‒genera cenizas y humo y calor‒
arde sin luz, sólo con sombras
                de ritmo,
como nos decían que arden / los sentimientos
las canciones / que nos cantaban siendo niños.

lunes, 10 de febrero de 2020

Arremanga la vida

Arremanga la vida, hermosa circunstancia,
pues, aunque viles memorias aspiran
a generar efímeras identidades, tú
y yo nos demoramos
en el patio de recreo de las incertidumbres.
Puede que sea conveniente
repetir lo del gobierno y las heladas.
Puede que incluso necesario
insistir en que estos bosques y la justicia.
Urgente, urgente, sí, como el juguete 
en el grito de un niño. Puede;
pero lo que está escrito arde en leños
mucho más antiguos, arden en manos,
calles y distancias, besos mucho más antiguos,
arde en las promesas, no dichas, deseadas,
la promesa de una arboleda de labios,
la promesa de otro breve día más
al abrigo perenne de tus ojos.

miércoles, 5 de febrero de 2020

El material

A esta hora los amigos se marchan
(nunca, en realidad, llegan
a haberse marchado)
y es el momento de cerrar las puertas, por qué,
a la oscuridad y el frío de la noche.
Aquí vosotros, objetos de mi vida,
ordenados o desordenados, diseminados
por la indisciplinada casa de mis recuerdos,
que me habéis visto tantas veces comer, dormir,
vestirme, en suma, de impaciencia con sus deseos,
si me vierais ahora
no me reconoceríais,
igual que yo no reconozco
que este mundo sea este mundo,
que todo me parece ya cosa de los sueños.

martes, 4 de febrero de 2020

Es efímero

Esta atención que creo permanente
᠎sé que aparece y se esfuma
ni siquiera intermitente, porque
ni siquiera es la misma:
«Un objeto no se baña dos veces
en la misma corriente de intención».
El repertorio de mi memoria, mal
actualizado, fluctúa, a borbotones,
y en la superficie del momento
que crea, no parece hervir
sino que siempre fue así y que así
son las cosas actualmente.
¿No ven que no comprendemos?
¿No ven que este texto mismo
se nos escapa?
Qué extraños ritmos nos han
educado, amor,
que sufrimos como si el mundo
—con sus efímeras distancias—
nos debiera obligación alguna
 por mirarlo, en una vida,
    de soslayo.

lunes, 3 de febrero de 2020

A trapos de una tradición química

Para este mal de acento y su veneno
no encuentras curación, no existe planta,
no exige el corazón ni la garganta
matiz que no se exponga al desenfreno.

Si sólo tú voz fuera cuanto es bueno
o si es sobre tu voz que se levanta
este deseo que se te atraganta
como un templo de idiomas vil y obsceno,

entonces seguiría y no habría pausa
en este bordear, latir, o entonces
ardería de ruego y sutileza.

Pero para este mal no encuentro causa.
Creo que un cambio va a brotar y entonces
vuelve otra vez al rito en el que empieza.