martes, 16 de febrero de 2016

A la deriva

Corren rumores, dicen;
pero rebusco en las antologías
(discos antiguos, margaritas del jardín)
y esa opinión enciclopédica del hurto
no la encuentro.
Corretea, diría, de mueble en mueble,
de escaparate en escaparate, 
de rueda de prensa en rueda de prensa.
Los testimonios agitados en los titulares
(odios antiguos, ambiciones de jardín)
según las tendencias fundacionales
no los encuentro.
Corroen. Carraspean. Cariacontencen
humildemente, sí, con la misma humildad
(monos antiguos, hombrecitos de jardín)
con la que me olvido, me robo, de amarte,
lejos del hastío fundacional, para repasar
el signo y la materia de tu cuerpo
(llamo a tu cuerpo lapsus, lamo jardín, mayo)
que en mi boca sabrá
hacerme lo que es debido,
hacerme trozo de amor
con que reivindicarte.