lunes, 27 de diciembre de 2010

II
.....Ambos personajes, Louis y Mehlblick, disimulaban cuanto podían: sus intenciones, su historia, su verdadero estado. Bebían sin piedad, vaso tras vaso, una botella cargada con licor de frutas imprecisas, de color. La noche avanzaba y los dos mostraban claros e inciertos ademanes de cansancio y cordialidad, amarga alegría, escéptico compañerismo. Ajenos a la escena, Nuria y Tomás dormían profunda y tranquilamente; y, en algún lugar oculto en el molino, los hijos de Mehlblick respiraban inquietos.
.....Louis le contó, con aire de camaradería, y con aparente lujo de detalle, la emboscada que había sufrido con su cuadrilla, antes de separarse, cerca de la posada de los niños. Le contó cómo sus compañeros tuvieron que seguir sin él pero con uno de los muchachos, y cómo Tomás y Nuria le habían seguido y no le había quedado otra que acogerlos. Le habló de las noches de frío y del ataque de los lobos. Le hizo, en definitiva, el relato de su herida.
.....Mehlblick respondía con interés a sus anécdotas. Le confirmó que, efectivamente, seis soldados habían pasado por allí hacía ya varias semanas. Habían descansado un poco, habían aceptado algo de pan y se marcharon ese mismo día. Tendrían prisa, debido a su misión, de la que el molinero tampoco tenía que saber nada, ni le apetecía. En los últimos meses, muchos grupos armados o menos armados habían aparecido fugazmente. Y en esos comentarios, Louis notaba el nerviosismo que realmente atenazaba al molinero. Pero no veía claro cómo abordar el asunto.
.....Como un tenso punto y final, el soldado dio un plomizo cabezazo sobre la mesa, todavía con el vaso derramándose en su mano, y empezó a resoplar ebrio e incómodo. Aún no sé muy bien si el molinero, que había planeado toda esa situación y había fingido hábilmente sus tragos, aprovechó la mona de su malogrado compañero para atarle y hacerse cargo de sus escasas armas; o bien, si Louis Irving, tan taimado como su nervioso huésped, había fingido también sus tragos, y aprovechó los traicioneros movimientos del molinero para reducirle y hacerse cargo de sus verdaderas intenciones.
.....En cualquier caso, Nuria y Tomás, se vieron arrebatados bruscamente de su sueño.