El bien es un monstruo para
convencer a los niños de que hagan
lo que nosotros queremos, queramos,
quisimos.
Un truco para trazar fácilmente la línea
que separa la ciudad, para creer
que al menos una vez nos sentamos
en el trono de la bondad, sobre el cual
domingábamos el mundo; el bien.
El bien es
o canta o tiembla o tapa o rastrea.