lunes, 6 de noviembre de 2017

Aedos y rapsodas

Traicioneros nudillos.
Antiguo golpeteo de los dedos.
Entrenado bastón   en duelo de gimnastas.

Sé que miráis con envidia los astros.
Ellos mantienen su gráfico canto.
Cielos y pausas, terrenos y sombras.
Hombres, palabras que hieren las cosas.

Esta mano en que validas
mil ideas que se traban
teje estrellas arrecidas
que se acaban.

¡Vuela,
que tus dedos no sepan
quién se queda!