viernes, 25 de marzo de 2016

Glaciar

    Aviso con verdad para quien obre
al margen de lo público y notorio:
no tengo prisa, pero a quien le sobre

    este escurrir el bulto entre el jolgorio
de tanto predicarnos en secreto
he de darle un final gravitatorio.

    Quién sabe que caí en el alfabeto
que es el quererte en perspectiva insana
de no cubrir distancias por completo.

    Quién osa y quién perdona y quién profana
y quién en este irse de la lengua
tantos sobornos ajustados gana 

    como para acallar la extraña mengua
que es el decir vestidos de entelequias
que no diremos más si se deslengua

    que en el silencio brotan las acequias,
que en el silencio vibran los cimientos,
que en el silencio viven las exequias

    que entierran este río de lamentos
sin lápida ni féretro ni abrigo,
sin balanza, sin pesos, sin momentos.

    Esta moneda falsa del no digo
se roba a su perfil su propio trazo
y tanto no decir lleva consigo

    un verso que ara yerto con su lazo
y deja con pesar sus labios flojos
al beso que no fue y hasta el abrazo.

    Con el sudor en lágrimas sin ojos
voy a batir orgasmo tras orgasmo
el beneficio de estos mil cerrojos.

    A quien vaya a invertir en el espasmo
le sugiero que espere a que recobre
el aliento perdido en el sarcasmo.

    No pienso compartir este as de cobre,
que de oro se vendía a la mañana
y que en secreto escondo en este sobre.

    No espero el alma que le venga en gana
ni espero el material que bien lo cobre,
pues esta bolsa de metal salobre
se ha disuelto en la lengua castellana.