sábado, 27 de octubre de 2012

Moisés de mí mismo

A mi piedra en el riñón la llamo David. Aquiles a mi esguince. A mi cirrosis hepática la llamo Prometeo. Homero a la miopía casi de nacimiento. Tántalo o Saturno a los problemas rectales. A cualquier poda, pellejo, piel y uñas, Holofernes. Podéis ir deduciendo el tono cultural de mis miserias corporales.
Trato mis desventuras con desenfado
aunque mi desenfado no está a la altura
de mis pesares. Desamargura asimétrica
lo llaman, aunque nunca se lo oí
decir a nadie.
Estaba escrito en tu destino.
Siempre te levantas con el día
pero nunca te acuestas con la noche.