viernes, 13 de febrero de 2015

Función inevitable

Estante de cristal, fondo de espejo.
Un jarrón de vanguardia en la cerámica,
que compraron mis padres tiempo ha,
sirve como florero a unas espigas
encañadas de trigo, rescatadas
en alguna escapada a la campiña.
Tantos años y el barro conserva su vanguardia.
El trigo sin edad permanece dorado,
detrás del gris del polvo del tapiz del recuerdo.
Lejos de las miradas, en el estante en sombra,
más alto que la lámpara, el extraño jarrón,
sobre el fino cristal, ante el fondo de espejo.