miércoles, 14 de febrero de 2018

El huertecito de quejas

Por un huertito de quejas
talaron los viejos árboles
que entrerramaban los bosques
de troncos inmemoriales.
Por una queja fugaz,
por veinte quejas fugaces,
ya están secas las lagunas
al borde de las ciudades.
Ven. Escóndeme tu amor
entre dedos de retales.
Seamos nosotros peces,
flores, bocas fieras, aves.
En el huertito vivamos
desnudos como animales,
donde otros plantan sus quejas,
sus veinte quejas fugaces.
Respiremos nuestros labios
y nuestras manos voraces.
Abrázame cuando quieras.
Si no quieres, no me abraces.