jueves, 18 de febrero de 2016

Sinnerman

Caín, el pecador,    quiere huir de continuo;
pero el perdón de Dios    sin remedio lo alcanza.
¿Dónde habrá de esconderse?    Su cubil es la tierra
entera, y el perdón    es la lluvia que inunda
los valles y las cuevas,    las cumbres y los cielos.
No lo daña el olvido    ni le aprieta el instante;
él desea innovarse    y el rayo del saber
le hace un guiño al poema.