domingo, 31 de enero de 2016

Salmodia

Los que escarban la mística entre cuentas bancarias,
está muy de moda,
y vuelven a los bares, a los cafés, a los citypubs,
con las emocionantes anécdotas que cambiarán los mapas,
-el ritmo se presupone en las calles de tu cuerpo-
esos pudieran ser amigos nuestros, camisas y bolsillos.
Los que escarban,
los que raspan con precisión la superficie de los conceptos,
la máscara que tú y yo sabemos que sólo tiene
superficie, sólo es superficie, sólo existe superficie,
-el ritmo se supone en las fabules  de tu cuerpo-
esos pudieran ser amigos nuestros, camisas y bolsillos.
Escarban la mística para fines no teleológicos,
con precisión sencilla, directa, no minuciosa.
Si me distraigo y me corro, perdón, si me demoro
y caemos juntos en una destrucción espiral o concéntrica,
perdón, si esto (el detalle o el globulum)
se alarga sin ritmo, perdón, pudieran ser
amigos nuestros.