miércoles, 16 de marzo de 2011

El viento este corazón de adobe
no sabe cómo quisiera llevar.
Dibujo con prisa su paciencia y sólo queda
un trazo negro como dicen que es
el momento en que se sufre, tómalo prestado.
Yo sigo, miento, barro y cebada, y todo lo demás
vuela.
El arte mayor del hombre es aquel
con que trasciende su castigo.
Por eso me castigo a tus besos
y con tu amor me redimo.

0, 1, 2, 3, 4...

Insisto, nada debería existir.
Esa es la Ley. Nada
y seguimos perpetuando
la trascendencia del fracaso.
Olvido antes de todo, de ti, de un estatismo constante.
Unido para siempre a la miseria de la muerte
no me levantes las luces de este día,
Amor, no pronuncies mi nombre,
no me hagas
creer.