domingo, 6 de enero de 2013

Hombre culto, sólo se te puede pagar por tu momento.
Tú sabrás si este momento tuyo vale lo que vale.
Y si no lo sabes, vente conmigo:
estudiaremos juntos hasta encontrar
un objeto, una idea, un precio.
Cuando yo no era humano, vagaba
con un rumbo marcado por la luz o por los dioses.
Y mi conocimiento se agotaba en el aquí et la nada.
Pero cuanto no humano se me desprende,
como intrépidos pioneros abandonan la Tierra,
no alcanzo su recuerdo (será que saltan
demasiado rápido y yo despaciadamente humano)
ni creo que ellos sepan (por favor, la música
coquetee con mis creencias y las haga menos
miserables, lejos de aquí) de mí,
sí de su lugar y su nada -sin de sí-.
Aunque vosotros me veis, me escucháis, me aletreáis,
por más que existo yo y ello para demostrar lo contrario.